domingo, 20 de diciembre de 2009

La señal de la cruz


A.V.M

"¿Prohibirán los villancicos?; ¿quitarán la cruz de la bandera de Asturias?; ¿llegarán hasta las casas para quitar los símbolos religiosos?". Estas son las dudas que tanto inquietaban al portavoz del Partido Popular, José Antonio Gómez Trinidad, en la Comisión de Educación del Congreso a principios de este mes. Digo "inquietaban" puesto que desde entonces prácticamente no hemos vuelto a saber nada más sobre el tema, por lo que doy por supuesto que, en general, el tema del crucifijo esté pasando al olvido. Antes de que se me empiece a olvidar a mí también me voy a tomar la licencia para dar respuesta a las inquietudes de Gómez Trinidad.

Al igual que los crucifijos, los villancicios son un símbolo religioso (que es precisamente lo que un nutrido grupo de docentes y familias pretendemos eliminar de las aulas), razón por la que si eliminamos de la educación unos símbolos, también eliminaremos el resto. Creo que es lo más coherente. Otra cosa diferente es lo que después cada cual quiera tener en su casa. Quienes anhelamos una educación laica no estamos en contra de la libertad religiosa de las personas. así que no se preocupe usted, señor Gómez Trinidad, no será necesario que ate con un candado su abeto, que esta Navidad no va a entrar por su chimenea ningún Papá Noel vestido de rojo para llevárselo. La libertad religiosa no significa sólo poder escoger por uno mismo la confesión a la cual se desea pertenecer, así como ejercer y manifestarse de cara a la sociedad conforme a los principios de la misma, sino que también implica una educación de Estado laica, que no interfiera en las decisiones religiosas de las personas para que en el futuro puedan escoger con libertad.

Esto no es nada nuevo. "La aconfesionalidad del Estado" está recogida desde hace más de treinta años en el artículo 16 de nuestra Constitución, y desde entonces no se había desencadenado semejante debate acerca de su grado de cumplimiento. Parece mentira que haya sido necesario esperar a que el paso lo den otros para plantear un proyecto de Ley de Libertad Religiosa que venimos necesitando desde hace tanto tiempo. Por algo digo yo que a los españoles se nos olvida todo muy rápido. En fin.

Rodríguez Zapatero aseguró que la retirada de crucifijos "no está en la agenda del Gobierno en este momento" y añadió que no lo estará hasta que la futura Ley de Libertad Religiosa contemple esa posibilidad. Con este panorama, la espera para conocer el devenir de los crucifijos de las escuelas va a ser larga. Por suerte, y gracias a unos cuantos docentes que no esperan la llegada de una Ley que prohíba la presencia de crucifijos en las aulas, en la mayor parte de los centros estos símbolos están desde hace tiempo polvorientos y guardados en el fondo del armario, fuera de la vista de cualquier miembro de la comunidad educativa, y sobre todo, de nuestros alumnos. En el resto de centros, el símbolo religioso sigue dejando su huella año tras año, promoción tras promoción, en espera de una ley que supuestamente pondrá fin al adoctrinamiento educativo al que se ven sometidos muchos de nuestros alumnos y familias en contra de su voluntad, su derecho a elegir y a pensar.

4 comentarios:

MarionetaComoTu dijo...

Estoy completamente de acuerdo contigo en que para haber una libertad religiosa efectiva, debe eliminarse cualquier símbolo religioso de los espacios públicos y especialmente en las escuelas donde éstos son susceptibles de influenciar a los alumnos y perturbar así su libre formación de creencias. Pero no puedo estar de acuerdo con la prohibición de costumbres de origen religioso (como los villancicos, las procesiones de Semana Santa y cosas por el estilo) que tienen un fuerte arraigo en la cultura independientemente de su índole. En resumen, libertad religiosa sí. Imposición religiosa no. Prohibición religiosa tampoco.

F B __ dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Silvano dijo...

Pues yo estoy de acuerdo contigo. Los villancicos son canciones religiosas, que no son más que oraciones cantadas. El hecho de que en la tradición cristiana se canten en Navidad (Vacaciones de Invierno como bien dicen ahora en la administración catalana) no quita que sea una forma en cubierta de rezo en las aulas.
También la real tradición mantiene a nuestro rey.
Por la tradición de este siglo pasado no son ilegales las agrupaciones y partidos franquistas.
La tradición judeocristiana también nos exige matrimonios heterosexuales.
La tradición machista también pone a la mujer en su sitio.
Es la tradición taurina la que hace sufrir al animal.
¿El canon se va a convertir en tradición?

F B __ dijo...

Un crucifijo en una escuela. Un saludo entre dos ministros. Una mujer con burka... Son temas que copan de un tiempo a esta parte algunos informativos. Lo cierto es que, deberíamos recordar lo relativo que resulta todo ello. Franco murió hace treinta y cuatro años, y nadie hasta anteayer, se había preguntado qué hacía un crucifijo como presidente de aula. El nacimiento de la Constitución Española, aun tres años después, vino a situarnos en un estado aconfesional. Pero nadie durante estas décadas, debió mirar más arriba del encerado. Honestamente, el asunto-crucifijo lo considero un asunto menor viendo lo que veo y oyendo lo que escucho. Escribía hace unos meses Pilar Rahola (autorreconocida agnóstica) en su columna habitual de LA VANGUARDIA, que sus hijos habían sido educados en una familia laica pero que, cada navidad, cantaban villancicos. Rahola no observaba en ello ninguna contradicción: en este caso, Cataluña contaba con más de mil años de historia y el cristianismo era una parte importante de ella. No debería molestar que un islámico orara buscando La Meca, ni que un protestante no lo hiciera nunca, no debería molestar un vestido largo ni una falda corta como no debería molestar tampoco un canto gospel, el Aleluya de Haendel o un rito en romaní. Quizá sea ello, el germen de otros conflictos que en el mundo huelen a sangre. Sólo debe molestar la pérdida de derechos y libertad. Pero debería molestar mucho más.

¿Retirar o no los crucifijos? O sí o no, pero cuanto antes. Aligerando. Bush tenía uno en la cabecera de su dormitorio (no estuve allí, lo dijo él). Pinochet, seguro que también. Franco, me juego una extremidad. Sadam Hussein con Mahoma. Ceaucescu dormía a solas. ¿Qué lo mismo da? Lo importante son, como he dicho, la libertad y el derecho.

Finalmente corresponde decir a alguien como yo que el texto que acabo de leer pertenece a una persona profesional que, seguramente, cela detrás de sus palabras opiniones más contundentes. Lo presiento cuando leo frases muy extensas que no quieren terminar. Frases, quizá, demasiado largas.

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