Pacto de sangre con Microsoft

A.V.M

El ministerio de Educación ha cerrado un acuerdo con Microsoft que permitirá a los centros educativos disponer de licencias anuales para los productos de la compañía por ocho euros, prácticamente el 10% de su valor. Desde hace tiempo la empresa de Gates había empezado a temblar con la implantación de software libre en algunos centros educativos, por ello, agarrándose a un clavo ardiendo, ha decidido lanzarse a la piscina y la jugada le ha salido redonda. Está claro que ocho euros por licencia es una cantidad insignificante para el imperio Microsoft, pero los millones de alumnos que pasan por el sistema educativo español, y que van a ser educados en el mundo de Windows, supone una cantidad de futuros clientes mucho más generosa. En tiempos como los que ahora corren, en los que la brecha digital sigue siendo la cruda realidad que entorpece el camino hacia la igualdad de oportunidades, parece ser que la imposición de Microsoft frente a otras alternativas (quizá más ajustadas a las necesidades reales de muchos alumnos y familias), no está orientada a compensar las diferencias sociales y de acceso al saber, como en un principio pensamos con la implantación del plan Escuela 2.0. Si así fuera, la inversión educativa no habría ido a parar en un producto al que muchas familias todavía no se pueden permitir el lujo de acceder.